Cosas que tocamos a diario y que están llenas de gérmenes

Todos ponemos mucho cuidado cuando utilizamos un baño público porque entendemos que los estándares de limpieza quizás no sean los mismos que cumplimos en casa, pero ¿de verdad estamos a salvo de bacterias y gérmenes en nuestro ámbito privado? La realidad es que a diario, tanto en el hogar como en el lugar de trabajo, estamos rodeados de virus y bacterias. La buena noticia, sin embargo, es que la ciencia los ha identificado y que en muchos casos extremar las pautas de higiene es suficiente para combatirlos

Por ejemplo, de nada sirve que no nos sentemos en un baño público si luego tiramos de la cisterna sin haber bajado la tapa. Las bacterias, al hacerlo, se dispersan en el aire en una especie de efecto aerosol. La parte positiva es que, en personas sanas, las probabilidades de contraer una infección por ello “son poco habituales”.

También hay que tener en cuenta que hay muchas otras superficies como grifos, encimeras o escritorios de trabajo que son caldo de cultivo para bacterias como el E.coli, que no causa graves enfermedades pero que es indicador de que hay restos de heces: “Gran parte de las infecciones intestinales se transmiten por vía digestiva, con los alimentos contaminados o con la suciedad de nuestras manos si han entrado en contacto con las heces de un enfermo”, explican los expertos. Es por eso por lo que lavarse las manos correctamente resulta fundamental –tanto en casa como en la oficina– para evitar este tipo de infecciones y también la propagación de otros virus como el de la gripe.